Hoy he visto
luces en las ventanas de los altos edificios
que me hacen
ser una vez más intruso de balconadas
sabiendo que
todas esas cenas me deben ser ajenas
¿Por qué
siempre me gusta imaginar tantas vidas?
Seguro que hay
un tipo mayor con cerdas
en vez de unos
bigotes muy distinguidos
que discute
por ocio con su esposa tirana
porque la sopa
de fideos está fría y salada
Tal vez sea una joven mujer que está cansada
de un día que
más que nunca quisiera olvidar
iluminando su
solitario estancia sin poder tocar
los temas que
le superan con una buena persona
Quizá se trate
de un hombre con la atención
puesta en esa
gran lumbre que es su televisor
con la ropa
interior como rehén de su desgana
y como único
manjar una lata de atún olvidada
Cae la
persiana que es telón de mi ocupación
No espero
entreacto en esta noche prorrogada
ni trincheras
en las ventanas por interpretar
Mis musas son venenos
que mata a mi razón
Y aun hoy se escapa
a mi control la solución
a la eterna búsqueda
del camino a aquel hogar
donde nadie se
pregunte que fue de nosotros,
aquel que
enciende las luces de mi imaginación
Dime tú qué
puedo hacer para no cargar
con las mismas
preguntas que están caducas
y que la
vulgaridad no me haga tropezar
en todas y
cada una de sus trampas
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