Dedicado a Carolina Aparicio Couso
Yo siempre quise chicas de bolsillo, no
novias, no amigas, que también están bien, si no chicas de bolsillo.
Estaría bien que las chicas, algunas y
no todas, tuviera un botón de encogido,
similar a un lunar si se quiere, para poder llevarlas en el bolsillo siempre...
-Ana, ¿y esto?
-No, no lo… toques eso
-¡Anda!
Pues ale, al bolsillo.
-¡Eh, no!
O
incluso que veas a una que te guste y digas: bebe a lo Alicia en el país
de las Maravillas.
-Carolina,
ten, te va a gustar.
-¿Sí?
Veamos… sabe algo
raro
-Venga,
tú y yo nos vamos a dar un paseo.
-¡Eh, no! ¡Al bolsillo no!
También
podría ser que se usase lo que tantas y tantas veces se vio: una pistola de
rayos.
-Elena,
mira que tengo.
-¡No
me apuntes
con eso!
¡Esto no tiene gracia! ¡Eh, no! ¡Suéltame!
Y
ya en el extremo más extraño y rocambolesco de todo esto, una gripe que haga
eso a las chicas.
-Creo
que me he pillado un buen… res…friaaaa… ACHUUUUS!!! ¡Oh,
no!
Aunque
claro, ¿Quién soy yo para pedir eso? ¿No pueden ellas pedir eso mismo con los
chicos?
-Cariño,
déjame a mí que te alcance eso, que como eres tan bajita….
-¿Ah,
sí? Pues lo vamos a ver… si aprieto este lunar…
-¡Muy graciosa!
-Ten
cuidado, que te voy a pisar sin querer.
-¡Eh, aparta tus pies de mí!
Y,
Oye, sería útil…
-¿Esther,
te apetece ir al cine?
-Sí,
pero esta vez pago yo.
-Vale,
me bebo ese líquido y solo pagas una entrada.
Dedicado a Carolina Aparicio Couso
¡Ah,
qué mundo sería ese en el que pudiéramos jugar con la realidad y con las
dimensiones! Pues todo es relativo.
Desde que empecé a escribir, me di cuenta que nadie es grande o pequeño, nadie
es malo o bueno, nada es absoluto, la verdad.
Por
poner un ejemplo, si tomo a Carolina, que es la primera de las chicas que en mi
texto he encogido y la devuelvo su tamaño original…
-¡Ah,
mucho mejor! ¡Ahora sí!
No
es una chica muy alta, es normal… tal vez un poco más baja que otras.
-¡Eh,
no te pases!
Bueno,
perdona. ¿Por dónde iba? ¡Ah, sí! Si yo ahora decido llevarme a Carolina a Liliput.
-Eso
no me disgusta tanto
Automáticamente,
para la gente de allí sería enorme. ¿Qué pasó? ¿Deja de ser Carolina normal?
No. Para nosotros no, así que, todo es relativo.
De
eso va mi filosofía en muchos aspectos. Es casi un hecho metafísico.
-Y
pretencioso.
¡Ejem!
-¡No
le des otra vez al botón!
Aunque,
tal vez todo esto que digo son locuras de alguien que mata su tiempo
imaginando, creando, soñando, deseando y
volcándolo en hojas blancas y sin vida. Son cosas que tal vez otro
tiraría a la basura, no obstante, alguien más compartirá mis locos sueños y mis
ideas extrañas, aunque sea porque tenemos la misma numeración en las páginas
del imaginario colectivo.
-Ale,
al bolsillo.
-¡Eh, no! ¡Otra vez no!
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