sábado, 28 de diciembre de 2013

Una pequeña locura




Dedicado a Carolina Aparicio Couso

Yo siempre quise chicas de bolsillo, no novias, no amigas, que también están bien, si no chicas de bolsillo.

Estaría bien que las chicas, algunas y no todas, tuviera un botón de encogido, similar a un lunar si se quiere, para poder llevarlas en el bolsillo siempre...

-Ana, ¿y esto?
-No, no lo… toques eso
-¡Anda! Pues ale, al bolsillo.
-¡Eh, no!

O incluso que veas a una que te guste y digas: bebe a lo Alicia en el país de las Maravillas.

-Carolina, ten, te va a gustar.
-¿Sí? Veamos… sabe algo raro
-Venga, tú y yo nos vamos a dar un paseo.
-¡Eh, no! ¡Al bolsillo no!


También podría ser que se usase lo que tantas y tantas veces se vio: una pistola de rayos.

-Elena, mira que tengo.
-¡No me apuntes con eso! ¡Esto no tiene gracia! ¡Eh, no! ¡Suéltame!


Y ya en el extremo más extraño y rocambolesco de todo esto, una gripe que haga eso a las chicas.

-Creo que me he pillado un buen… res…friaaaa… ACHUUUUS!!! ¡Oh, no!

Aunque claro, ¿Quién soy yo para pedir eso? ¿No pueden ellas pedir eso mismo con los chicos?

-Cariño, déjame a mí que te alcance eso, que como eres tan bajita….
-¿Ah, sí? Pues lo vamos a ver… si aprieto este lunar…
-¡Muy graciosa!
-Ten cuidado, que te voy a pisar sin querer.
-¡Eh, aparta tus pies de mí!

Y, Oye, sería útil…

-¿Esther, te apetece ir al cine?
-Sí, pero esta vez pago yo.
-Vale, me bebo ese líquido y solo pagas una entrada.

 Dedicado a Carolina Aparicio Couso 

¡Ah, qué mundo sería ese en el que pudiéramos jugar con la realidad y con las dimensiones!  Pues todo es relativo. Desde que empecé a escribir, me di cuenta que nadie es grande o pequeño, nadie es malo o bueno, nada es absoluto, la verdad.

Por poner un ejemplo, si tomo a Carolina, que es la primera de las chicas que en mi texto he encogido y la devuelvo su tamaño original…

-¡Ah, mucho mejor! ¡Ahora sí!

No es una chica muy alta, es normal… tal vez un poco más baja que otras.

-¡Eh, no te pases!

Bueno, perdona. ¿Por dónde iba? ¡Ah, sí! Si yo ahora decido llevarme a  Carolina a Liliput.

-Eso no me disgusta tanto

Automáticamente, para la gente de allí sería enorme. ¿Qué pasó? ¿Deja de ser Carolina normal? No. Para nosotros no, así que, todo es relativo.

De eso va mi filosofía en muchos aspectos. Es casi un hecho metafísico.

-Y pretencioso.

¡Ejem!

-¡No le des otra vez al botón!

Aunque, tal vez todo esto que digo son locuras de alguien que mata su tiempo imaginando, creando, soñando, deseando y  volcándolo en hojas blancas y sin vida. Son cosas que tal vez otro tiraría a la basura, no obstante, alguien más compartirá mis locos sueños y mis ideas extrañas, aunque sea porque tenemos la misma numeración en las páginas del imaginario colectivo.

-Ale, al bolsillo.
-¡Eh, no! ¡Otra vez no!



No hay comentarios:

Publicar un comentario