Basado en Peter Pan, de J.M Barrie y en los comics del mismo título de Loisel *
-1906, Londres. Comisaría de Scotland Yard. Interrogatorio al
sospechoso.-
Inspector B. Morrison: Siéntese.
Sospechoso: ¡Tú no me das
órdenes, adulto!
Detective C. Parker: ¡El inspector te ha dicho que te sientes!
Inspector B. Morrison: Se te vio
anoche en la casa de los Lane a eso de las doce de la noche. Estabas entrando
por la ventana del piso superior, al dormitorio de su hija, según sabemos. ¿Qué
pretendías?
Sospechoso: No tengo porque decir
nada.
Detective C. Parker: ¡Confiesa de
una vez! Eres el ladrón de niños, el que se llevó a los hijos de los Darling
hace cuatro años y pretendías volver a actuar llevándote a la hija de los Lane.
Sospechoso: …
Inspector B. Morrison: Según han
declarado la hija mayor de los Darling, te los llevaste a un lugar llamado Nunca Jamás ¿Dónde está ese sitio?
Sospechoso: A usted no le voy a
decir nada. Uno no se puede fiar de los adultos, sois crueles y mentirosos.
Detective C. Parker: Y tú eres un
psicópata, niño. Y a los psicópatas no les esperan cosas agradables.
Inspector B. Morrison: Peter… ¿Te
llamas así? Peter. Mira, sé lo de tu madre. Sé lo que te hacía, pero nosotros
no queremos que te pase nada. Solo necesitamos respuestas. Han desaparecido
muchos niños y creo que tú tienes algo que ver… o tenía, porque todos vuelven a
aparecer.
Sospechoso: Yo no los robo. Solo…
Inspector B. Morrison: Solo ¿Qué?
Sospechoso: Solo me llevaba a los
niños que caían de sus cochecitos y sus niñeras no se daban cuenta. Los llevaba
a un lugar que me mostró Campanilla.
Detective C. Parker: ¿Campanilla?
Sospechoso: Sí, es un hada. Es
casi del tamaño de un pulgar y tiene mucho genio… ella me mostró el camino a Nunca Jamás.
Detective C. Parker: ¿Nos tomas
el pelo?
Sospechoso: No, lo prometo.
Inspector B. Morrison: ¿Y dónde está tu hada?
Sospechoso: No lo sé. Huyó antes
de que me trajeran aquí. Ella… me enseñó a volar.
Detective C. Parker: Así que el
señorito ladrón puede volar.
Sospechoso: ¡Es cierto!
Inspector B. Morrison: Eso,
aunque difícil de creer, explicaría como llegabas al dormitorio de los hijos de
los Darling y al de la hija de los Lane… Pero, ¿Por qué los Darling?
Sospechoso: Me agradaban.
Sobretodo Wendy. Sabía contar cuentos y me cosió mi sombra…
Detective C. Parker: ¿Sombras?
¿Cosió tu sombra?
Sospechoso: Sí, la cosió.
Inspector B. Morrison: El caso es
que los Darling regresaron a su casa después de estar en Nunca Jamás… Además del resto de niños desaparecidos.
Sospechoso: Niños perdidos.
Inspector B. Morrison: ¿Perdón?
Sospechoso: Se llaman niños
perdidos, no desaparecidos.
Inspector B. Morrison: De
acuerdo. Entonces, si devolviste a los niños que te llevaste, ¿Por qué la
hija de los Lane?
Sospechoso: Fácil. Necesitaba una
mamá.
Inspector B. Morrison: Me temo, Peter,
que necesitas ayuda. Tal vez un orfanato y un psiquiatra amigo mío te puedan
ser de ayuda.
Sospechoso: ¡No! ¡Me escaparé!
¡Campanilla vendrá a buscarme! ¡Sé que desean hacerme! ¡Quieren que crezca!
¡Todos lo quieren, pero yo nunca voy a crecer!
Detective B. Morrison: En un buen
correccional, te aseguro que sí.
Sospechoso: ¡No pueden
impedírmelo! ¡Soy Peter Pan! ¡Yo maté al Capitán Garfio y volveré a volar!
Inspector B. Morrison: Guardias,
llévense al muchacho a una celda hasta que el orfanato venga a por él.
Orfanato del sur de Londres. Medianoche.
Inspector B. Morrison: Señor
Fisher, soy el inspector Basil Morrison, de Scortalnd Yard. Y él es el
detective Charles Parker. ¿Por qué nos llamó?
W. Fisher: Es el chico que
trajeron hace seis días. Se esfumó.
Detective C. Parker: ¿Cómo que se
esfumó?
W. Fisher: Pues eso, que ya no
está. Hace unas horas que desapareció.
Inspector B. Morrison: ¿Y nadie
vio nada?
W. Fisher: Algunos chicos dicen
que una luz extraña llegó a la habitación donde dormían. El chico, ese Peter,
se pasaba las horas mirando por la ventana y apenas comía ¿Saben? Pero el caso
es que esa luz entró en el cuarto y se oían tintineos.
Detective C. Parker: Tintineos…
W. Fisher: Sí.
Detective C. Parker: Como si se
tratase de una campanilla o algo así ¿No?
W. Fisher: Sí, supongo yo.
Inspector B. Morrison: ¿Y
después?
W. Fisher: El chico habló con esa
luz y, según los chavales, el chico comenzó a levitar y salió volando por la
ventana, cacareando.
Inspector B. Morrison: ¿Volando?
W. Fisher: Sí, ni yo me lo puedo
creer.
Detective C. Parker: ¡Diantres!
¡Así que era verdad! Inspector, el chico…
Inspector B. Morrison: Lo sé,
Charles.
W. Fisher: ¿Sabían que volaba?
Inspector B. Morrison: No hasta hoy, señor Fisher.
Detective C. Parker: ¿Damos una
orden de busca y captura?
Inspector B. Morrison: Sería
inútil. Peter ya estará en ese sitio… ¿Nunca
Jamás?
Detective C. Parker: Sí, creo que
así se llamaba el lugar que nos contó el chico.
W. Fisher: Pero es que, ahí no
termina el asunto, inspector Morrison.
Inspector B. Morrison: No me lo
diga, se llevó a varios chicos del orfanato con él.
W. Fisher: Sí, exactamente
cuatro, que eran los que se creían sus alucinaciones.
Detective C. Parker: Lo está volviendo
a hacer.
Inspector B. Morrison: Sí. Ese
pequeño truhán ha sido más listo que nosotros.
Detective C. Parker: Le
volveremos a atrapar.
Inspector B. Morrison: No estoy
tan seguro de ello. Puede que tardemos otros cuatro años, como mínimo. Le aconsejo,
señor Fisher, que ponga barrotes en las ventanas. Si volvemos a detener a ese muchacho, no
quiero que se esfume como esta noche.
W. Fisher: ¿Y ya está? ¿No van a
hacer nada?
Inspector B. Morrison: Sí, claro.
Esperaremos que vuelva a las andadas y
veremos que hacer, pero algo me dice que Peter tiene todo el tiempo del mundo
a su favor. Buenas noches, señor Fisher.
-1922, Londres. Comisaría de Scotland Yard.-
Basil Morrison miraba su lugar de
trabajo desde hacía más de treinta años con nostalgia.
-Inspector Morrison.-Le llamó el
hombre que iba a ocupar su lugar en pocos días, el subinspector Leonard Gibson.
-Ah, buenos días, Leonard.-Sonrió
Basil.- ¿Qué desea?
-Pues… vera… me ha dejado un
informe muy raro en mi mesa sobre ese caso que nunca resolvió.
-¿Y?
-Que no es posible.
Basil Morrison miró a Leonard con
parsimonia.
-Le aseguro que es verdad lo que
ahí se cuenta. El detective Parker y yo lo vimos con nuestros propios ojos.
Lastima que Chales ya no pueda corroborar mi historia.
-Pero… ¿Un chico que vuela?
-No solo eso, Leonard.
-Ya, ya, se lleva a otros niños
con él y eso es monstruoso.
-Nunca le conté esto a nadie
pero… Peter Pan no es lo que se cree de él. Cuatro años
después de escaparse del orfanato, le volví a ver.
-¿En serio?
Fue en 1910. Volvía a casa tras
capturar a un tipo que robaba cuadros en casas de gente con dinero. Eran las
doce, más o menos. Mi mujer, Rose, me esperaba levantada. Emma, nuestra criada,
ya estaba durmiendo y Rose se ofreció a calentarme la cena y darme
conversación. Cuando nos disponíamos a dormir, oí un ruido en la habitación de
mi hija Sophie. En esa época debía tener ocho o nueve años. Entré con mi viejo
revolver en la mano al volver a oír un nuevo ruido.
Al entrar, allí estaba, parado
frente la cama de mi hija. No había cambiado ni un poco.
Le apunté con el revolver. Mi
mujer estaba nerviosa ante aquella escena. Permanecía a mi espalda, quieta como
una estatua, pero presentía su nerviosismo.
Peter me miró empuñando su daga.
Sophie aun dormía, inconsciente de lo que pasaba allí.
-Suelta la daga, Peter.- Le
ordené.
-¿Nos conocemos?- Preguntaba
extrañado. De veras no me reconoció. No recordaba nada de lo sucedido la última
vez que le detuve.
-Suelta la daga.-Le repetí.
-Yo… no quiero hacerla daño.-Me
dijo observando a Sophie.
-Lo sé.
-Solo es que… los niños Perdidos
y yo necesitamos una mamá.
-Voy a bajar el arma, Peter.-Le
avisé.-La voy a soltar y tú vas a soltar tu daga ¿De acuerdo, Peter?
Asintió y yo hice lo prometido,
al igual que él puso su daga en su lugar.
-¿Es su hija?-Me preguntó.
-Sí, Peter, es mi hija.
-Es muy bonita.
-Gracias.
-Necesito una mamá. Los niños
Perdidos y yo no sabemos cuentos.
-Sophie no es muy de cuentos,
Peter.
-Sophie… ¿Y conocen a alguna mamá
que sepa cuentos?
-No, Peter.
-Lastima. Buscaré a otra.
-No puedo dejarte.
-¿Y va a tomar su arma otra vez y
me va a matar?
-No. Solo quiero que te vayas y
no vuelvas por aquí.
-Usted no me entiende. Ningún
adulto lo hace.
-Necesitas una mamá. Eso lo puedo
entender, pero no así…
-Y quiere que me quede en un
lugar donde crecer ¿No?
-Yo solo quiero que dejes de
llevarte gente volando a Nunca Jamás, pero sé que no puedo detenerte mucho tiempo.
Nadie podrá.
Entonces me miró con cierta
vehemencia infantil y se elevó. Delante de mis ojos y los de mi mujer, se elevó
dirigiéndose a la ventana.
-No volveré a su casa, pero
seguiré haciendo lo que me plazca. Soy Peter Pan y usted solo un adulto.
-Pues si es así, espero que no te
topes con otra persona menos benévola que yo, Peter Pan.
-No se apure. Vencí a Garfio y
luché con los indios.- Sonrió y se marchó volando tan rápido como le era
posible.
Abracé a mi esposa y cerré bien
la ventana del dormitorio de Sophie. Nunca más le volví a ver.
-Inspector…
-Lo sé, es increíble, pero es
cierto, Leonard. Así que si oyes un caso similar al que te dije, hazme un
favor: No le mates, solo es un chico perdido. Y ahora, si no te importa, tengo
que recoger mis cosas y regresar a casa, con mi esposa. Hoy mi hija me va a
presentar a su pretendiente y ardo en deseos de conocerle.
Basil Morrison, anteriormente
inspector de Scotland Yard, se sentía satisfecho con su labor, incluso en los
fracasos más extraños que nunca se conocieron, que si uno lo piensa bien, no
son del todo para preocupar a un hombre bueno.
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Monumento a Peter Pan en el Parque de Kensington, cercano a la puerta de Lancaster Gate, en Londres |
*El inspector Basil Morrison y el Detective Charles Parker son creación de Gonzalo Álvarez-Alija García.