martes, 26 de marzo de 2013

Desmontando a Gonzalo


Creo que no nos han presentado…

Tal vez si te preguntan sobre que soy o como soy, te dirán que soy el tipo más prepotente, borde y maquinador que conocen. Otros dirán que soy amable, cordial, educado y algo cándido. Ninguno tiene razón y ninguno se equivoca.

Soy como me quieren ver, pero la mayoría de las veces siento miedo al salir de mi cama, que ya no confío en nadie, que no me siento cómodo con ninguna persona del mundo, que ya no me enamora nadie, pues no siento ya nauseas, ni pienso moriría por ella y no dedico dibujos en mis folios a una persona en especial.

Y en verdad, lamento que no me vieran como soy y que mi cariño y amabilidad cayesen en un saco roto.

Me he pasado esta vida dando gracias por lo que muchos debieron hacer por naturaleza, he dado homenajes a quien me miraban con recelo y hoy dispararían todo el cargador de su veneno sobre mí.

No eres tan especial como te crees

De niño siempre pensé que de mayor sería importante, tendría una novia que me valorase, una mujer que me daría el apoyo para saltar los abismos, hijos que adoraría como nunca adoré nada...

Luego crecí y vi que ni soy importante, ni tengo esa novia que luego podría ser mi  mujer, que incluso pienso algunas veces que eso de casarse no es para mí, y lo de los hijos ni hablo...

He perdido esperanzas, sueños, ánimos y alegrías.

Y me da ya lo mismo.

Ya no hago planes, ya no me voy a preocupar porque me quieran o no y  a cuanto está el kilo. Para vosotros el cariño y la adoración, porque estoy a años luz de ser alguien que marque un antes y un después en la vida de los demás, aunque, ¿Qué demás?

Nadie es de nadie

El mundo se mueve muy deprisa cuando yo doy un solo paso. La gente estaba ahí, lo juro. Estaba ahí hace una… ¿Hora? ¿Semana? ¿Quincena? ¿Etapa? ¿A dónde fueron todos? ¿Se acabó la fiesta ya?

Y si lo pienso bien, lo más bonito que me han dicho os lo que se han callado y que lo más fácil sería si me diesen un abrazo, pero ya eso no me curará mis males.

Aunque, siempre que la gente me decepciona, pienso que yo he decepcionado a los demás alguna vez. Así es la vida.

¿Y quién soy yo para juzgar a los demás?

Un día de estos tomo la puerta y ahí os quedáis

Ya no importa si me quieren o se sienten culpables sin querer, si aparecen  las Diosas de la caza, del absurdo o de la noche en mis líneas, si me doble cuando soplan malos  vientos, si se me trató como un rey o como el último mendigo, si me engaño otra vez, si las cosas van tan rápido que no las veo, si confieso como soy en verdad, si volveré a enamorarme, si señalo mi dolor o mi placer, pero, sinceramente, ¿A quién le puede importar?  

¡Clic!

ZZZZZZZ…

No hay comentarios:

Publicar un comentario