Creo que no nos han presentado…
Tal vez si te
preguntan sobre que soy o como soy, te dirán que soy el tipo más prepotente,
borde y maquinador que conocen. Otros dirán que soy amable, cordial, educado y
algo cándido. Ninguno tiene razón y ninguno se equivoca.
Soy como me
quieren ver, pero la mayoría de las veces siento miedo al salir de mi cama, que
ya no confío en nadie, que no me siento cómodo con ninguna persona del mundo,
que ya no me enamora nadie, pues no siento ya nauseas, ni pienso moriría por ella y no dedico dibujos en
mis folios a una persona en especial.
Y en verdad, lamento
que no me vieran como soy y que mi cariño y amabilidad cayesen en un saco roto.
Me he pasado
esta vida dando gracias por lo que muchos debieron hacer por naturaleza, he
dado homenajes a quien me miraban con recelo y hoy dispararían todo el cargador
de su veneno sobre mí.
No eres tan especial como te crees
De niño siempre
pensé que de mayor sería importante, tendría una novia que me valorase, una
mujer que me daría el apoyo para saltar los abismos, hijos que adoraría como
nunca adoré nada...
Luego crecí y
vi que ni soy importante, ni tengo esa novia que luego podría ser mi mujer, que incluso pienso algunas veces que
eso de casarse no es para mí, y lo de los hijos ni hablo...
He perdido
esperanzas, sueños, ánimos y alegrías.
Y me da ya lo
mismo.
Ya no hago planes,
ya no me voy a preocupar porque me quieran o no y a cuanto está el kilo. Para vosotros el cariño
y la adoración, porque estoy a años luz de ser alguien que marque un antes y un
después en la vida de los demás, aunque, ¿Qué demás?
Nadie es de nadie
El mundo se
mueve muy deprisa cuando yo doy un solo paso. La gente estaba ahí, lo juro.
Estaba ahí hace una… ¿Hora? ¿Semana? ¿Quincena? ¿Etapa? ¿A dónde fueron todos?
¿Se acabó la fiesta ya?
Y si lo pienso
bien, lo más bonito que me han dicho os lo que se han callado y que lo más fácil
sería si me diesen un abrazo, pero ya eso no me curará mis males.
Aunque, siempre
que la gente me decepciona, pienso que yo he decepcionado a los demás alguna
vez. Así es la vida.
¿Y quién soy
yo para juzgar a los demás?
Un día de estos tomo la puerta y ahí os quedáis
Ya no importa si
me quieren o se sienten culpables sin querer, si aparecen las Diosas de la caza, del absurdo o de la
noche en mis líneas, si me doble cuando soplan malos vientos, si se me trató como un rey o como el
último mendigo, si me engaño otra vez, si las cosas van tan rápido que no las
veo, si confieso como soy en verdad, si volveré a enamorarme, si señalo mi
dolor o mi placer, pero, sinceramente, ¿A quién le puede importar?
¡Clic!
ZZZZZZZ…
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