martes, 15 de mayo de 2012

Cementerio de San Isidro un dos de mayo


Y tú, amigo mío, caminas
donde los pájaros del tráfico
claman un poema sin palabras
y no captas el sabor de lo trágico

Y tú, amigo mío, observas
el hogar donde el silencio domina
agradeciendo en sus moradas
que la vida sea ya doctrina

Y tú, amigo mío, oirás
las historias que allí se juegan
en un ajedrez sin reyes ni reinas
no les tienes pena, logras que sonrían

Y tú, amigo mío, conocías
la verdad que nada espera
a aquellas almas dichosas
carentes de la dulce música

Y tú, amigo mío, piensas
En la masa, eres fuerte
En la intimidad, tiemblas
Pero sigues, sigues, coherente.


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