sábado, 13 de agosto de 2016

Quiero verte más

Sé que cuesta mucho trabajo pasar así los veranos.
Pongamos que lo imposible llamará a este amor
cuando surcaba ese abismo musitando con temor
como si tu oído fuera la negrura de los mundanos

Quiero verte más, pero no me dejas.
Quiero verte más, pero tú te alejas.
Quiero verte más, pero sin quejas.

Por eso estoy escribiendo algo que sea probable
a ver si algún día de estos te puedo sorprender    
y es cierto que no siempre te puedo entender.
¿O tal vez estoy siendo todavía muy amable?

Quiero verte más, pero no me dejas.
Quiero verte más, pero tú te alejas.
Quiero verte más, pero sin quejas.

¿Recuerdas hace cinco años cuando nos sentamos a hablar
 y dijiste que no te casarías por miedo a estar tan desolada?
Lo vi divertido y quise ver si este tren iba a aquella morada
donde los locos pudieran volver a aprender lo que es soñar

Quiero verte más, pero no me dejas.
Quiero verte más, pero tú te alejas.
Quiero verte más, pero sin quejas.

A los demás no les puedo perdonar hoy los errores ejecutados
pues piensan que en el firmamento trajeron ellos la única estela.
¡Qué ilusos! No vieron que la única forma que dejó una huella  
en mi brava imaginación era la de tus pies desnudos y adorados.

Quiero verte más, pero no me dejas.
Quiero verte más, pero tú te alejas.
Quiero verte más, pero sin quejas.

Tal vez sí y me vea pronto y con cierto placer haciendo los fardos
dejando este círculo sin fin de recuerdos con tanto polvo y carcoma.
Tal vez no y me quede con la nariz entre los libros que leí en broma
extrañándote sin querer extrañarte, que es el eterno mal de los bardos.    

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