lunes, 13 de enero de 2014

Un cajón de desastres




 I
 UN ENTIERRO

Así como puedo, me arreglo y me acerco a un entierro.
Nunca sé si es mi deber, yo sólo cumplo y me voy.
No me incita ningún tipo de placer
Mi más que resuelto no saber.

Hay mucha gente limpia y educada
Y yo enajenado y emocionado
por verme a ustedes abrazado.

Y todo va genial si nos ponemos juntos
Si ustedes no me ven, pues yo ni pregunto
Hay mar de abrazos, lluvia de amor
que siempre es la alegría del enterrador.

Y en el silencio ladran los cuervos, lejos
Posan cerca de mí y allí se reúnen
Relamiéndose ladran como los viejos.

II
PENSANDO

Pensando puedes acabar,
apunta todo esto, chaval
Pensando nunca llegarás a nada.

Pensando te puede pasar
Que  pienses en pensar
¿Así quieres acabar?

Cuídate, pues claro estará
Pensando no tienes vida de verdad
Y lo necesitarás para no estar mal

Pensando nadie te amará
Nada de veras te importará
Y puede que no seas igual

Cuídate, acabarás anulado
Despechado y asustado
de pensar en no pensar   

Pensando se esfumarán tu familia y hogar
Tus amigos y hasta el resto de la humanidad
Recuerda que pensando nunca llegarás a nada.

III
POCO HUMANO


Duele pero yo no  lo quiero aquí
Pero  lo que se lleva es vivir sin sonreír
 Rascarse lo poco humano que aun había
No vais a pobre y triste de mí en este día

Hazme fotos, me he plantado sin discutir
Nada noto soy feliz, con todos esos focos
Sintiéndolo mucho, tú no bailas y yo sí

Me reiría si pudiera y con cualquiera
De todo mi corazón, de mí se espera
El estiércol en los campos del honor

Muy noble ciudad, damas y caballeros
No soy adalid alguno, ni soy su sombra.
Ondeo la bandera, en esta hora buena
me hartaría de brindar con mi calavera
pero solo soy un chicle en la alfombra.

 

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