Podría decir que hoy pienso ponerme melodramático, melancólico o meloso, pero mira, no.
Podría decir que se esfuma mi veintena
como el rocío y lo hace sin lucha, sin boato, con la espada en la tierra, pero
mira, no.
Podría decir que al oído me susurra un niño
que me pregunta que pasó conmigo en esos años que no estuvo, pero mira, no.
Podría decir que me entristece comprobar
que ya nadie me espera al bajar de los autobuses, pero mira, no.
Podría decir que me salió caro no hacer
lo que debía en mi tiempo y momento, en vez de fuera de plano, pero mira, no.
Podría decir que mis planes y sueños son
cuentas pendientes que nadie saldará nunca, pero mira, no.
Podría decir que siempre llego cuando
todo está terminándose y solo el eco de mis pasos y pensamientos es mi
equipaje, pero mira, no.
Podría decir que estoy cansado de
perder, que ninguna de mis armas es efectiva y que nunca fui la persona
favorita de nadie, pero mira, no.
Podría decir que necesito un amor que
siempre vuela al norte, sur, este y oeste de mi mapa vital, pero mira, no.
Podría decir que me muero de ganas por
ver que me depara otro amanecer tras otro, que momentos importantes conoceré,
cuantas personas, novelas, cuadros, películas, canciones, sueños veré nacer
mientras camino los caminos abiertos, cuanto me espera conocer y a quien me ayudará
a explorar, los errores y los aciertos en los que me meteré de lleno, como la
vida jugará al despiste, pero mira, prefiero que lo diga el tiempo.
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