Dejemos
de engañarnos.
Vosotros,
que me decías que las cosas no girarían sin mí.
Vosotros,
que me decíais que vuestra lealtad era indestructible.
Vosotros,
que me decíais que me queríais hoy igual que ayer.
Vosotros
no merecíais la pena.
Dejemos
de engañarnos.
Tú,
que me dijiste que el mundo me necesitaba
Tú,
que me prometiste que no estaría solo nunca
Tú,
que me hiciste creer que lograba hacerte sonreír.
Tú,
que me inflamaste el corazón para tener dicha.
Tú
te lo has perdido
Dejemos
de engañarnos.
En
este mundo donde o eres Maquiavelo o eres carne de matadero.
En
este mundo donde se puede ser querido a precio de todo.
En
este mundo donde existe una barrera entre ser lobo o ser oveja.
En
este mundo me bajo yo.
Dejemos
de engañarnos.
No
fui héroe ni fui villano.
No
fui genio ni fui necio.
No
merecí la pena ni valía poco.
No
fui un fiero lobo ni fui un manso carnero.
No
fui técnico ni fui práctico.
No
fui poeta ni fui iletrado.
No
fui santo ni fui demonio.
Ni me planteó que sólo
soy yo que he vuelto a la vida porque me dejé la cartera.
Dejemos
de engañarnos.
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