miércoles, 12 de febrero de 2014

El otro traje


Un portazo sonó en todo aquel piso, seguido de un dulce saludo al recién llegado por parte de  una voz femenina.
                             
Elena llevaba viviendo con su pareja desde hacía más de dos años y conocía un gran secreto de él, ¿Cómo alguien con dos dedos de frente no iba a saberlo?

Álvaro caminó aceleradamente por el pasillo sin hacer caso a su novia. Llegó al cuarto que era su estudio, abrió el armario y lo revolvió buscando algo.

-¿Qué te pasa?
-¡No me lo creo!
-Cariño, ¿Pasa algo grave?
-Mi traje.
-¿Tu traje?
-Sí, lo perdí…
-¿¡Perdiste tu traje de súper héroe!? ¿Cómo?
-Creo que me lo dejé en un autobús. En el 133. En realidad, solamente la parte de arriba y la máscara. El resto lo tengo.
-¿No se supone que los súper héroes lleváis el traje bajo la ropa?
-No, eso solo pasa en los tebeos.
-Vale, analicemos: Has perdido tu traje.
-Parte de él.
-Parte de tu traje, ¿es así?
-Sí, es así.
-Pues vayamos a por otro a la tienda de disfraces.
-¡Cariño, por Dios! ¿Sabes cuánto me costó pedirle al señor Lee que me hiciera mi traje? ¡Era a medida!
-Pues creo haber visto un traje igual que el tuyo a solo 5,30 Euros en la tienda que está cerca del restaurante italiano al que fuimos hace unas semanas.
-¿Mi traje?
-Si no es tu traje, uno parecido.
-Bueno, por probar…

Decir que Álvaro estaba contrariado era poco. No quiso decirle a su novia que había llamado al servicio de atención al pasajero de la compañía de autobuses para preguntar si ese greñudo conductor había encontrado su máscara y su parte superior con ese símbolo tan característico, pero con forme relataba como eran sus prendas perdidas se sentía idiota.

Entraron en la tienda.  El dependiente, un hombre menudo, de cabello oscuro y peinado para atrás y fino bigote les dijo que ya no les quedaban trajes como los que le describían.

-Creo que para dentro de unos dos meses volveremos a recibir trajes de ese estilo.
-Ya entonces será tarde. Posiblemente el Doctor Cataclismo ataque antes.

Buscaron durante una hora un traje que pudiera servir a Álvaro para remplazar el suyo.

-¡Esto es absurdo, cariño! ¡Maldita mi suerte! Encima el señor Lee se jubiló hace cosa de seis meses. Se acabó mi carrera como súper héroe.
-¿Tú crees?

Elena llevaba puesta una curiosa máscara de color rojo que le cubría el rostro, salvo los ojos y la barbilla. Parecía ser la misma tela que esas gorras francesas, al igual que el resto del traje que llevaba ella en su mano, colgando de una percha de plástico barato.

-¡Es perfecta! Pero... ¿No me asaré de calor en primavera con eso?
-De aquí a primavera ya tendremos una solución. ¡El increíble héroe melodramático renace!
-¡Sí!

 Dos días separaban un nuevo portazo, seguido de un dulce saludo al recién llegado por parte de  una voz femenina.

-¿Qué tal te fue hoy?
-¡Fatal!
-¿Y eso?
-Me puse el nuevo traje…
-Sí, te vi hoy en las noticias. Has detenido una vez más al maestro del sigilo.
-No sabes el resto. Antes de eso, me animé a ayudar a una señora a cruzar la calle, ya sabes, lo clásico.
-Sí, junto con bajar gatitos de árboles y rescatar a gente que se cae de una ventana del quinto piso.
-Pues eso…Pero como mi otro traje es distinto a este, pensó que era simplemente un ladrón. Gritó pidiendo ayuda y vinieron dos policías.
-¿Y qué hiciste?
-Explicarles que ese era mi nuevo traje, pero no me creyeron y me vi obligado a huir… ¿Te imaginas si me hubieran detenido?
-¡Vaya, cariño!
-Y tras eso, me topé con la chica enciclopedia, que pensaba que era un nuevo villano y me costó explicarle que era yo.
-¡Un momento! ¿Te encontraste con tu ex y no te reconoció?
-Ya sabes que Laura nunca fue muy lista.
-Pues con su nombre de heroína cualquiera lo diría.
-Cuando se convenció que era yo, pues solo se limitó a darme una patada en los huevos.
-Se ve que no superó aun lo vuestro.
-Pues no, ya noté que no. Y luego, pesqué al maestro del sigilo atracando una librería y llevándose varios incunables.
-¿Y para qué?
-Ni idea, ya no saben que inventar. Desde aquella vez que sorprendí al Desconectador secuestrando a una avestruz del Zoo, ya no me pregunto el motivo de lo que hacen.
-Bueno, prosigue.
-Pues al verme llegar me dijo que si íbamos a medias con el robo. No sé… me confundiría con otro.
-¡Venga ya!
-Te lo prometo.
-Va a ser verdad que el traje hace al súper héroe.
-¡Un momento! Sube el volumen.

Les informamos de la última hora. Al parecer, El héroe melodramático, ha sido tirado desde lo alto de un edificio del centro de la ciudad por el súper villano conocido como Amenaza. Desde el lugar de los hechos nos informa nuestra corresponsal María Fernández.

-Sí, Marcos, al parecer, según testigos oculares, el súper criminal Amenaza, que fue detenido horas después por Míster Perfecto, logró tirar desde este edificio de veinte plantas, que encontramos a detrás de nosotros, al supuesto súper héroe que ha sido identificado como un conductor de la línea 133 de autobuses interurbanos, Pedro Olmedo Blanco. De ser cierta la noticia, estaríamos ante la muerte de uno de los súper héroes más significativos de la ciudad. Estamos aquí con uno de los compañeros del fallecido, el señor Octavio Novillo. Señor Novillo, ¿Sospechaba usted de la doble vida de su compañero?

-Yo en verdad algo me olía,  pero no estaba seguro. Aunque si es cierto que Pedrito, que así lo llamábamos los colegas, se comportaba de manera rara desde hacía un tiempo largo,  pero la mayoría pensábamos que se debía a que se había separado de con la mujer ¿sabe usted?

-Gracias. Devolvemos la conexión a estudios centrales.

-Oiga, ¿y esto cuando lo van a pasar?          
  
-Increíble.-Exclamó Álvaro.
-Así que el autobusero se quedó tu otro traje… o al menos la parte de arriba y la máscara.
-Creo que me voy a tener que buscar un nuevo nombre de súper héroe.
-No sería mala idea.
-Y llevaré el traje bajo la ropa desde ahora.